Recuerdos tenemos miles, si hablamos de nuestra existencia bajo los dominios del Decano, aunque a veces sea casi imposible rememorar cuál fue el primer partido del Real Club Recreativo de Huelva al que asistimos, o cuál fue el rival que vino ese día hasta nuestra ciudad con el objetivo de vencer a nuestro equipo. Y es que, para los de mediana y avanzada edad, hace tanto tiempo ya.
Pero es que si intentamos recordar el primer gol del Abuelo, aquel que como a todo niño nos pilló distraído, jugando con nuestros iguales o tratando con golosinas, se torna aún más complejo el asunto. Tampoco vamos a calentarnos la cabeza en estos momentos. Lo importante es que aquel gol del Recre lo cantamos y lo celebramos apasionadamente; eso sí, algunos segundos después de que lo hicieran nuestros padres. La semilla del Recreativismo había comenzado a germinar.
Y de este modo, con el lento desfilar de aquellos domingos de alegrías y de tristeza, comenzamos a darnos cuenta del significado que iba adquiriendo todo aquello, todo lo que desde siempre había tenido que ver con el Recre. Y entonces, sucedió lo inevitable: nuestro sentimiento por el Decano fue obligándonos a prestar cada vez más atención en el juego de la "albiazul", por lo que nuestros gritos de alegría se fueron acercando cada vez más a aquellos primeros goles que recordamos en el Colombino.
Recuerdo que hubo jornadas que se decidieron bajo soles de justicia, y tardes de fútbol que se convirtieron en noches de fiesta y de celebraciones. Recuerdo días de tormentas y de marejadas en el cemento, como olas que hubieron de ser surcadas por nuestra vieja nave al tiempo que arrumbaba hacia la victoria. Recuerdo alboradas con la mar en calma, después de varios miles de batallas, y recuerdo tantos llantos, tanta rabia. En definitiva, el poder recordar casi todo lo que hemos vivido en relación al Real Club Recreativo de Huelva es algo que llega a satisfacer de verdad.
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