lunes, 19 de noviembre de 2018

ABUELO, ¿POR QUÉ ESTÁ VACÍO EL COLOMBINO?

Está siendo un año frío en el Estadio Colombino de Huelva, muy frío en todos los aspectos. Estamos viviendo mañanas tormentosas y tardes nubladas, jornadas de poniente revoltoso y días en los que el viento del norte ha sido capaz de congelar hasta nuestras lágrimas. Hemos sufrido partidos de infarto, y soportado auténticos tostones como los más recientes, pero, sobre todo, lo que más me duele y me inquieta es el melancólico silencio de nuestras gradas vacías, musgosas, destrozadas.

Con todas esas dificultades, es inevitable que uno quiera emplear su tiempo en otras cosas, aficiones o eventos, en vez de acudir a cada partido del Recre, que es lo menos que deberíamos hacer los recreativistas, ya que ni siquiera somos capaces de echarnos a la calle para exigir una solución inmediata al conflicto, comenzando por reclamar el pago inmediato a los trabajadores y a los jugadores del Decano. Y luego, nos damos tantos golpes en el pecho de Recreativismo y nos ponemos tantas medallas cuando vamos a ver al Recre fuera de nuestra Provincia, a echar el día a fin de cuentas.

Apartando los lamentos y las críticas por un instante, he de reconocer que la dependencia de los recreativistas más pequeños hacia nosotros, los adultos, nos ha obligado a acudir en no pocas ocasiones a los encuentros ligueros del Decano; sin embargo, seguimos sin querer darnos cuenta de que los niños y las niñas onubenses son el futuro del Real Club Recreativo de Huelva, por lo que no deberían faltar jamás a ningún partido. No les privemos ahora ni nunca de todo aquello que nuestros padres nos legaron, y que los padres de nuestros padres llegaron a amar en su día con tanto ímpetu.

Probablemente, basándose en la experiencia de la tediosa temporada que estamos viviendo, ayer, algunos recreativistas acudieron al campo sin ganas, otros sin dormir, y no pocos de mala leche sólo de pensar que en cuanto el árbitro pite el final de la pesadilla viene otra peor, que es ir a trabajar, para quién tenga trabajo, o pegarse unos pocos de kilómetros (cientos) para llegar a sus casas. Y, aun así, a pesar de todo eso y de las cuantiosas derrotas sufridas, los Recreativistas de verdad asistieron al encuentro que el Decano disputó en el Colombino, pues para ellos nunca existieron las excusas. La ilusión jamás se perdió en el brillo de sus ojos, y siempre tuvieron la voz y las manos dispuestas para alentar en la medida de lo posible a los jugadores del Real Club Recreativo de Huelva.

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