La Historia del Real Club Recreativo de Huelva no se escribe en una jugada, en un partido o en una temporada. No, señoras y señores Recreativistas, la Historia del Decano del Fútbol Español se escribe en la eternidad.
Probablemente, la mayoría de los
recreativistas tenemos claro, a día de hoy, que la consecución del objetivo primario de la
presente temporada pasa por hacer del Colombino un fortín, y que el Recre
gane, por qué no, la mayoría de los partidos que aún ha de jugar en casa, consiguiendo
así esos numerosos puntos que nos permitirían tener muchas probabilidades de estar
entre los cuatro primeros clasificados, y optar, por derecho propio, a la ansiada y necesaria disputa
del ascenso a 2ª división.
De vuelta a la tierra, no nos
queda otra que seguir asumiendo que la planificación deportiva que se hizo esta pretemporada volvió a ser algo apresurada, casi tanto como en la anterior campaña, y a destiempo. A pesar
de la aparente calidad que atesoran buena parte de los jugadores que han recalado en Huelva en estos años de crisis,
éstos no han terminado de cuajar a nivel individual, ni de compactarse en un
equipo de fútbol capaz de alcanzar mínimamente algo imprescindible para
cualquier tipo de competición deportiva anual: la regularidad en el juego.
Indudablemente, el origen de todo
este mal continúa siendo la inmensa crisis que aún parasita entre los estamentos del Real
Club Recreativo de Huelva, ya sea el administrativo, el social y, a la postre,
el deportivo. Porque todo está relacionado entre sí, y si algo falla dentro del
Recreativismo, falla todo lo demás. No hace falta que mencione los problemas
que han venido atacando al club más antiguo de España desde hace años, porque
todos los conocemos; problemas que aún hoy en día siguen estando muy presentes
entre los más altos poderes de la entidad, pasando por los impagos en el vestuario y a los
empleados, y en el agotado espíritu de cualquiera de nosotros, los socios.
En lo deportivo, el desconcertante
día a día que ha llevado al Recreativo de Huelva hasta esta maldita tierra de
nadie, en la que poco a poco vamos perdiendo de vista el propósito que a principios
de temporada teníamos en mente, nos obliga ahora a contemplar de nuevo el horizonte de la permanencia como objetivo primordial, y pienso que debemos
sentirnos afortunados, los recreativistas, por poder seguir disfrutando del
Decano, o sea de la supervivencia del equipo más antiguo de España, un Bien de
Interés Cultural que siempre será nuestro, de todos los onubenses, aunque los dirigentes se hayan empeñado en hacer olvidar todas las promesas que se hicieron hacia la afición en el fragor de la campaña "Liberos del Decano".
Volviendo al presente, y tras una decena de jornadas disputadas, la Afición Recreativista tiene que rearmarse en su furia choquera, olvidar la última derrota, y acudir en masa hasta nuestro templo, pues tenemos que ganar el partido de este domingo como sea. Batalla tras batalla, ese es el camino que
tenemos que recorrer los aficionados para ayudar a que el Decano remonte el vuelo, ayudando así a
que nuestro Recre abandone el profundo infierno por el que aún caminamos, y
podamos devolverlo, entre todo el Recreativismo, al lugar del que nunca debió
descender.
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