sábado, 3 de noviembre de 2018

EL AZUL Y EL BLANCO DE NUESTRA VIDA


Quisiera volver a contemplar en azul y blanco cuando llegue el momento de abrir los ojos de nuevo, después de haber soñado  intensamente con el Real Club Recreativo de Huelva, quizás ganando una contienda tras otra, o quizás no, pero libre de todo mal al fin. Quisiera que esos colores que engalanan a nuestra tierra sean más vivos que nunca, ahora que volvemos a ser conscientes de que la salud del Abuelo siempre puede empeorar, y seguir superando a la más encarnizada y aciaga de las pesadillas. Quisiera seguir percibiendo el azul y el blanco por todos los rincones y esquinas que decoran nuestras vidas, en nuestro día a día, haciéndonos sentir orgullosos de haber nacido en los tiempos del Decano, y de ser puros guardianes de nuestra propia fé para la eternidad. Quisiera no olvidar jamás el azul y el blanco de aquellos momentos en los que mirabas fijamente a los ojos de tu padre, aquel que te condujo por la imborrable senda del Colombino, algo de lo que estaremos agradecidos por siempre. Quisiera seguir respirando en azul y blanco cuando llegue a escuchar la voz de mis hijos, reclamando Recreativismo a todas horas, alimentando así la inmortalidad de nuestra pasión.

Y ahora, camino del Colombino, a pesar de los negros pesares que se ciernen sobre nuestra existencia, avanzo radiante e ilusionado como si fuera un niño; pero al recordar todo lo mencionado anteriormente, llego por un momento a enfurecer preguntándome qué hemos hecho mal los Recreativistas para merecer todo esto, y aún así marchamos convencidos de ir a sufrir como auténticos masoquistas. Camino del Colombino, empuñando nuestras bufandas azules y blancas del Recreativo, marchamos dispuestos a animar, a combatir, a dejarnos mucho más que el alma desde la grada; junto a los nuestros: los que nunca te fallaron, Abuelo. Camino del Colombino, y a pesar del infierno y la rabia que arde en nuestro interior, comprobamos que somos miles de onubenses los que progresamos hermanados y unidos por una misma pasión. Camino del Colombino, como si avanzáramos hacia la oscura muerte, acudimos convocados por el Decano, siempre hacia el mismo y único lugar en el que podemos mirar al Recreativismo a los ojos, oír al Recreativismo en todo su esplendor, tocar al Recreativismo y comprobar que está más vivo que nunca, saborear y deleitarse con el poder del Recreativismo, e incluso oler el Recreativismo que emana de las cuatro curvas del Colombino, haciendo que el azul y el blanco renazcan en nuestros corazones cada domingo. 

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