jueves, 15 de noviembre de 2018

CAMINANDO ENTRE ... ONUBENSES



Por si algún onubense o interesado en el tema anda un poco despistado, el Real Club Recreativo de Huelva, hoy en día, es una empresa pública propiedad del Ayuntamiento de Huelva. Además, es un Bien de Interés Cultural, y, gracias a muchos factores que jamás volverán a repetirse, siempre será el Decano del Fútbol Español. Pero, el Recre, sobre todo, es un arraigado sentimiento, casi una religión para los que tenemos la suerte o la desdicha de amar su escudo, sus colores y a sus fieles. El Recreativo de Huelva es algo en lo que se tiene que creer, algo que tiene que sentirse, para poder demostrarse a uno mismo de que no se trata de un simple equipo de fútbol, por más humilde que sea su grandeza.

Para todos aquellos onubenses que no conciban nuestra divina locura, y se presten a leer, a escuchar, y, sobre todo, a reprochar y a echar por tierra nuestra fe, decirles que el Real Club Recreativo es el ente que más personas de Huelva ha sido capaz de desplazar al mismo tiempo fuera de las fronteras de nuestra provincia, muchas más de las que asistirían a cualquier concierto de rock, muchas más de las que pudiesen acudir a cualquier romería o procesión, o muchas más de las que irían a un simple acto político. Ha sido, es y será la única entidad onubense capaz de movilizar a decenas de miles de ciudadanos para luchar por la supervivencia del Recre, manifestándose, tomando las calles de Huelva, organizándose mediante una fuerte unión, y siendo capaces de reunir hasta casi 1 millón de euros para impedir que desapareciera. Ah, y ahora recuerdo que, en ciertas ocasiones, cincuenta mil recreativistas se suelen reunir en torno a una fuente para compartir juntos la alegría de toda una ciudad, nuestra Huelva.

Por todo lo anterior, por la enorme presión social, y, probablemente, por el respeto a nuestros antepasados, el Ayuntamiento expropió las acciones del Real Club Recreativo de Huelva para que, en resumidas cuentas, no desapareciera; pues los políticos (al menos el 80% de nuestros representantes) eran conscientes de que, si dejaban morir al Decano, el pueblo de Huelva se iba a echar a la calle de nuevo, y con una furia jamás vista en la ciudad. Quizás eso diga mucho de los recreativistas; y es triste en cierta manera. Me refiero al hecho de que miles de onubenses estarían dispuestos a sacrificarlo todo por el Real Club Recreativo de Huelva, y que, en cambio, haya onubenses que aún viven bajo el conformismo más absurdo, y permiten sus hijos respiren la mierda que respiramos en nuestra ciudad. Pero bueno, eso es otra historia. El que quiera algo que luche por lo suyo, que no se dedique a arreglar el mundo por las redes sociales mientras aguarda sentado a que algo caiga, y no precisamente desde el cielo, y que tenga los santos cojones que pedirle una cita al alcalde para que lo escuche.

La verdad es que todo esto cansa, tener que escuchar una y otra vez que el Ayuntamiento le ha prestado varios millones de euros al Real Club Recreativo de Huelva para levantar el embargo de Hacienda que tenía la entidad, habiendo tanto paro y tanta pobreza en nuestros barrios. Supongo que para esos onubenses que critican la expropiación del Ayuntamiento, y su actual gestión, el Decano también es culpable ahora que tengan que venir a nuestros campos treinta mil temporeros para dejar sin trabajo a las gentes de Huelva. Miren, señores, salvo circunstancias especiales, como las enfermedades u otras (para las que hay ayudas del Estado), todo el mundo tiene dos pies y dos manos para ir a trabajar al campo, a la mar, a la mina, a los hoteles o a las fábricas, trabajos que están repletos de personas que, por circunstancias, han tenido que desplazarse hasta Huelva desde otras provincias o desde el extranjero. Siempre se ha escuchado el dicho de “los onubenses, primero”, pero visto y comprobado el pasotismo, la desidia y el conformismo barato de muchos de nosotros, es normal que los empresarios prefieran otros perfiles de trabajadores. Aún estamos a tiempo de luchar por lo nuestro.

Insisto, si no queréis que el alcalde ponga más dinero para el Real Club Recreativo de Huelva, os invito a que vayáis al Ayuntamiento, pidáis cita, como muchos hemos hecho, y hablemos con él. O incluso, más fácil; pronto serán las elecciones; habladlo con él igualmente a través de las urnas. Y, si alguno está por labor de reclamar para Huelva esos siete millones de euros de en su día el Ayuntamiento puso para el Decano, ¿por qué no reclamáis también todo el dinero público que se ha empleado en la organización de la Semana Santa, no la del año pasado, sino desde que se lleva haciendo? ¿Le vais a pedir también todo lo que nos ha costado a los onubenses la organización todas las salidas de las Hermandades Rocieras desde que tenemos registros, o esas procesiones Magnas que tanto nos gustan a todos? ¿Vais a obligarlo a que devuelva todo el dinero público que ha salido de nuestros bolsillos para la organización de todas las Ferias del Libro, las Cabalgatas de Reyes, los Carnavales o todos los Festivales de Cine Iberoamericano que se han organizado en Huelva desde que se comenzaron a hacer? ¿Reclamarás igualmente todo el dinero que ha costado montar las distintas ferias y fiestas que tenemos los onubenses en el calendario, como las Colombinas, la Cinta o San Sebastián, sin que muchos de nosotros las hayamos disfrutado nunca?

Pensad, todos aquellos que criticáis al Ayuntamiento por prestar dinero a un equipo de fútbol (error, porque ya se ha demostrado que el Real Club Recreativo de Huelva es mucho más que eso), que en nuestra ciudad hay onubenses que tampoco estarían por la labor de que, desde el Consistorio, siga saliendo ni un solo euro para cualquier otro tipo de evento, ya sea religioso, cultural o social; actos que jamás han generado ni un solo euro para el Ayuntamiento, en contraposición al Decano del Fútbol Español, que le ha dado a Huelva, a todos vosotros onubenses, y ahí están los datos, mucho más que todas esas fiestas o eventos juntos a lo largo de nuestra historia.

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