¿Cuánto se ha visto afectado nuestro
Recreativismo desde la campaña "Líberos del Decano" hasta el día de hoy? Y,
que conste, que entre estas líneas no hablamos de nuestro indestructible amor
por los colores azul y blanco del Decano, ni de nuestra inigualable pasión por
el escudo del Real Club Recreativo de Huelva, ni de que sigamos siendo esos
fieles seguidores y aficionados que se dejan mucho más que al alma por el
equipo más antiguo de España. Hablamos, señoras y señores Recreativistas, de
que, aun reuniendo todos esos sentimientos y emociones que a cada instante
demostramos hacia el Recre, parece que nuestro ánimo sigue en caída libre desde
aquella épica batalla, circunstancia que jamás debería hacer tumbar nuestro
amor, nuestra pasión, ni nuestra afición por el Decano, ni tan siquiera
hacernos dudar de que realmente deseamos estar junto al Abuelo mientras nos dure el aliento.
Entonces, no queda otra que preguntarse, ¿por qué la afición, disponiendo del poder de nueve mil abonados, aún no ha exigido una solución definitiva al conflicto? ¿Dónde estamos ahora los Recreativistas, que tras tantas
batallas hemos disfrutado de las más gloriosas de las victorias, y hoy, gris día, volvemos a martirizarnos con la preocupante realidad del Decano? ¿Vamos a permitir que el Recreativo
de nuestra alma, valedor de la mejor afición de la categoría,
siga siendo maltratado dentro y fuera de nuestras fronteras por gentes reacias al balompié y por aficionados de otros clubs, los cuales rigen sus cortos días bajo la envidia que le tienen al Real Club Recreativo de Huelva por ser el pionero en la historia del
fútbol español? ¿Vamos a seguir esperando a que la providencia de este deporte o negocio llame a nuestra puerta para que se solucionen los problemas que moran en el Colombino, o será
nuestro amor, nuestra pasión y nuestra afición por el Recre la que nos haga
tomar las riendas en esta batalla para sellar un pacto de sangre con el Real Club Recreativo de Huelva que a la vez sea histórico y definitivo?
Demostrado está que la Afición Decana es
pionera en alentar, en animar, en amar a un equipo de fútbol es España; pero,
afortunadamente, también es pionera en demostrar que el poder de una masa social unida
es letal para todos aquellos parásitos que se hayan nutrido, que se estén
nutriendo o que intenten nutrirse de la ilusión de una afición, en nuestro
caso, de la ilusión de toda una provincia y de varias generaciones de
Recreativistas. Señoras y señores abonados del Decano, ¿alguien duda de que tenemos que seguir batallando contra ese tipo de personajes que dirigen el fútbol moderno?
¿Alguien ha pensado que realmente podemos poner las reglas para que el Real
Club Recreativo de Huelva funcione como la Afición desee? ¿Alguien sabe que
existen entre los Recreativistas numerosas personas inteligentes y
voluntariosas, las cuales, sin ningún tipo de ánimo de lucro, podrían coordinar
todos los estamentos del Club, siempre con la colaboración del resto de
aficionados?
Por todo, pienso que no debemos tener
miedo a nada de lo que pueda acaecer sobre el Decano, pues todo lo malo que
venga sólo servirá para hacer que el Recre sea definitivamente libre, aunque
para ello tengamos que bajar un peldaño y competir en una categoría inferior
con chavales que comenzaron a amar al Recre mucho antes de nacer, con jugadores
de Huelva que se entreguen en cuerpo y alma a la disciplina del Decano, y con
la inigualable y magnífica pasión que profesamos los Recreativistas por el
equipo de nuestros amores, por los colores de nuestra vida azul y blanca, y por
el escudo que llevamos grabado a fuego sobre nuestros corazones.
¡Viva el Recre,
carajo!
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