"NO seas del Recre, NO hagas que
tus hijos se vistan con los colores azul y blanco, NO hables con nadie de ese
equipo y senténcialo al olvido, NO leas ninguna información al respecto, NO
prestes atención a las opiniones de los recreativistas, NO tengas en tu poder
vestimentas, banderas, bufandas, escudos, insignias o nada que pueda
representar al Decano, NO permitas que tu corazón siga sufriendo con el destino
del equipo más antiguo de España, NO dejes que tu mente se sature con los
problemas que lo rodean, NO intentes buscar soluciones para ellos, NO vuelvas
al Colombino, NO te hagas socio".
Queridos y queridas
Recreativistas, cierto es que me ha costado escribir todo lo anterior, e
incluso pensarlo, pero así sería mi día a día si hiciera todo lo contrario a lo
que suelo hacer. Por su puesto que nunca se consumó nada de eso en mi casa, y
mientras uno solo de los míos camine por este mundo, jamás se sentenciará al
olvido al principal Patrimonio de Huelva. Hay que añadir que no sólo con
hacerle la guerra al Recreativismo se le estaría haciendo daño al Recre, sino
que incluso bastándome de la propia indiferencia seguiría contribuyendo a que
nada de esto aumentase las posibilidades de supervivencia del Decano. Por lo
tanto, pienso que, si no valoro, no pienso y no intervengo, lo único que
estaría haciendo es apretar la soga que poco a poco está estrangulando al Real
Club Recreativo de Huelva.
Hoy en día tenemos la facilidad
de hacer llegar nuestros pensamientos y/o sentimientos hacia el Recre a muchísima
gente; por lo que es imprescindible que no sólo nos limitemos a vivirlo en nuestras
casas, con nuestras familias, o haciendo que nuestros vecinos nos vean vestidos
de azul y blanco a cualquier hora del día, o, por ejemplo, convenciendo a nuestros
amigos y compañeros del currelo para que se saquen el carné del Recre, etc. Gracias
a las redes sociales, podemos, en cierto modo, hacer llegar “nuestra lucha” a
miles de personas a las que aún no conocemos directamente, pero que, sin
embargo, gracias a la pasión en común que tenemos hacia el Decano, pareciera
que conociésemos de toda la vida debido, como ya he explicado, al amor que
profesamos por el Recreativo de Huelva.
En el día a día de las redes
sociales, te encuentras, muy a menudo, con ciertas personas que no comparten
esta manera de hacer las cosas con respecto al Recre, y, de manera pública o sobre
todo privada, me obligan a mantener una conversación en la que intento
justificar mis pensamientos, mis escritos o mis actuaciones; la mayoría de las
veces sin éxito. Y no digo que por no compartir mi manera de pensar o de
proceder en el tema Recre, dichas personas sean más o menos recreativistas que yo,
sino que, a sabiendas de la inmensa crisis económica del Decano, pienso que
todo lo que sea no sumar en cualquiera de los niveles, al final, se traduce en
restar, en ahogar, en cercenar las vías respiratorias del Abuelo.
¡Claro que tenemos que sentirnos
orgullosos de ser del Recre! ¡Claro que seguiremos inculcando a nuestros hijos
todo lo que sea Recreativista! ¡Claro que tenemos que hacer ostensible nuestra
manera de vivir el Recreativismo! ¡Claro que podemos enseñar con valentía
nuestros carnés del Decano, manifestando que ya estamos vacunados para todo un año de sufrimiento en el Colombino! ¡Claro que queremos a los
Recreativistas de toda la vida, pero también a los que, por el motivo que sea,
se hayan incorporado ahora! ¡Claro que seguiremos luchando por el equipo más
antiguo de España al nivel que sea! ¡Claro que hablaremos del Recre, y, “joa a
quién joa”, lo seguiremos teniendo hasta en el puchero! ¡Señoras y señores
Recreativistas, aún podemos luchar por la temporada! ¡No esperes a que
te lo cuenten! ¡Viva el Recre! ¡Vive el Recre!
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